13 jun 2011
Véndeme un ungüento que quite los pesares del corazón, Invéntame una realidad distinta por unos días
Besa mi herida para que se alivie, Acaricia mis lagrimas con tu aliento..
Corta las raíces de mi angustia, Siembra esperanza en mi memoria, Entrégate sin miedo... Solo Por Una Vez mas, Un ratito, no mucho, que hoy quiero Probarte toda, hasta embriagarme de ti.....
Besa mi herida para que se alivie, Acaricia mis lagrimas con tu aliento..
Corta las raíces de mi angustia, Siembra esperanza en mi memoria, Entrégate sin miedo... Solo Por Una Vez mas, Un ratito, no mucho, que hoy quiero Probarte toda, hasta embriagarme de ti.....
11 feb 2011
“Sueño con un lugar entre tus pechos
para construir mi casa como un refugio
donde siembro
en tu cuerpo
una cosecha infinita
donde la roca más común
es piedra de la luna y ópalo ébano
que da leche a todos mis deseos
y tu noche cae sobre mí
como un…”
para construir mi casa como un refugio
donde siembro
en tu cuerpo
una cosecha infinita
donde la roca más común
es piedra de la luna y ópalo ébano
que da leche a todos mis deseos
y tu noche cae sobre mí
como un…”
3 feb 2011
.
La luna luminosa
huyó con las Pleyadas;
la noche silenciosa
ya llega a la mitad; la hora pasó, y en vela
sola en mi lecho, en tanto
suelto la rienda al llanto
sin esperar piedad.
Amor, que el pecho mío
continamente agita,
es dulce y es impío,
y es más que una avecita
volátil y ligero.
¡Ay! de su dardo fiero,
¿quién consiguió victoria?
Renueva, amada mía,
renueva la memoria
de cuando Atis ardía,
tu dulce amor odiaba
y a Andr6meda estimaba.
Desciende, Venus bella,
y en las doradas copas
con el suave néctar,
mezcla purpúreas rosas,
y a mis dulces amigos
que tu deidad adoran,
con divinal bebida
inspira y alboroza.
30 dic 2010
Ella Salía del baño, la habitación se inunda de la deliciosa fragancia que emana,
entreabro la puerta y me quedo observando el hermoso espectáculo de su cuerpo el pelo mojado, envuelta en una toalla.
Te paras frente al espejo, dejas caer la toalla lentamente, como si fuera un ritual de danza, sonríes, cómplice de fantasías de ensueño, o quizás solo apreciaste lo hermosa que luces en vestido de Eva.
Tu piel tersa y suave, adornada aun con perlitas de agua se deslizan por tus pechos, de pezones miel que al contacto con el frio se tornan turgentes como si los tuviera presos en mis labios.
Dudo en entrar, no lo hago, te observo acariciarte haciendo pequeños círculos alrededor de tus pezones, te muerdes el labio inferior, cosa que aumenta mi calor corporal.
Recoges la toalla y te secas con ternura, luego buscas cremas y comienzas a untarlas dándote pequeños masajes primero en el cuello, luego los hombros, vas a tu vientre, luego despacio bajas a tus voluptuosas y deseables nalgas de ninfa que masajeas despacio luego tus muslos, ingle, abriendo un poco las piernas, se puede ver tu delicado y rasurado sexo, te sientas y esparces tus esencias en los pies dándote ligeros toquecitos más profundos, por tus gestos puedo percibir que estas excitada, te diriges a tus pechos los cuales acaricias generosamente lanzando un pequeño gemido que exaspera mis sentidos
Te dejas caer en la cama frente al espejo y buscas con tu mano derecha tu sexo, que puedo imaginar cálido, húmedo, sediento de sentir placer, por el espejo intento ver tu clítoris hinchado, palpitante atrapado entre tus dedos que lo acarician despacio tus manos acaparan todo tu sexo y no logro ver donde acarician pero imagino, mojo, tiemblo.
Tu ritmo empiza ha ser más rápido te tocas los pechos, tus caderas danzan un ritmo conocido para mi, y tus gemidos se convierten en dulce melodía, te veo temblar se tensan tus muslos y levantas las caderas explotas, vibras ,te estremeces.
Entro a la habitación me espera una vulva palpitante, húmeda, extasiada así como está la mía...
(Gabriele Rigon, photographer)
23 dic 2010
Es una cena en el balcón de un restaurante discreto pero con una vista fascinante, el decorado de madera con una luz tenue , mesas redondas con diminutos tulipanes rojos que coronan una vela encendida, sentados una pareja, con atuendos de gala un ritual de miradas y vaivén de los meseros , con manjares de deleite, cómplices silenciosos de los deseos de la carne. Se miran a brevedad, sus gestos parsimoniosos, pero a través de ellos se percibe una atracción mutua . Bajo la mesa un roce sutil es capaz de crear un torbellino impetuoso que pasea por sus muslos y contrae sus vientres, pero no se inmutan los semblantes, la pasión es tan intensa que puede verse palpitante flotar en el aire, solo existen en ese instante , en esas miradas se penetran las entrañas, se adivinan la calidez del aliento y el sabor de la saliva, pueden sentir sus lenguas danzando, como se mordisquean, juegan, se exprimen... Exhala un gemido que trata de disimular pero fue melodía en sus oídos. Tiene la vista fija en la ultima ostra del plato de su acompañante, una vulva hinchada, impúdica, mojada, latente, signos de su propio delirio, sin tocarse se pueden adivinar el olor el sabor y textura de la piel del otro, inventan caricias atrevidas, juegos audaces, arden ante la humedad de sus sexos, imaginan cuando podrán tocarse, podrían hacerlo allí mismo, sobre la mesa, delante de toda mirada curiosa, exponiendo las nalgas suntuosas, bebiendo del sabor exquisito de la entrepierna en un numero perfecto, acariciando senos, besando cuellos, en una fiesta de gemidos obscenos a punto de estallar en un orgasmo divino, y con ceremoniosidad un mesero se acerca a la mesa y dice el postre esta servido...
Alguna vez escuche una historia parecida, pero solo recuerdo lo que mi imaginación retuvo....
Alguna vez escuche una historia parecida, pero solo recuerdo lo que mi imaginación retuvo....
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